Este 9 de septiembre, la comunidad celebra los 100 años de vida del Pastor Noé Briones González, un hombre cuya historia ha estado marcada por el trabajo, la fe y la entrega al servicio de los demás.
Nacido en 1925 en Cd. Mier, Tamaulipas, Don Noé aprendió desde joven el valor de la responsabilidad cuando, tras el fallecimiento de su padre, asumió junto a su hermano Salvador el cuidado de la familia y el sustento en la carnicería. Con esfuerzo culminó estudios de mecánica automotriz, oficio que lo llevó a distintas regiones del país.
En 1950 unió su vida a la de Emma Flores Quiroga, con quien formó una familia de nueve hijos. Poco después, tomó la decisión de dedicar su vida a Cristo, sirviendo como Pastor, evangelista y fundador de distintas congregaciones cristianas en Tamaulipas y Nuevo León.
Su trayectoria ministerial lo llevó a levantar entre 15 y 20 obras, además de dirigir un comedor infantil que brindó apoyo escolar y alimenticio a niños en situación vulnerable. También fue enlace con asociaciones de Estados Unidos para ayudar a pequeños con labio leporino y otras condiciones médicas.
Hoy, el Pastor Noé es reconocido no solo como un padre y abuelo ejemplar, con 22 nietos y 26 bisnietos, sino también como un hombre que consagró su vida al servicio, recientemente sigue asistiendo a una congregación en una iglesia, donde hace platicas compartiendo la palabra y vive en Río Bravo. Su legado trasciende generaciones, inspirando a su descendencia y a todos aquellos que han sido tocados por su labor y su fe.
Un siglo de vida, pero sobre todo, un siglo de entrega.